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Eduardo Dessein

EL RETRATO CHE PICASSO NON PINTÓ
Testo spagnolo
Italiano


En el numero 106 de agosto de 1999, en la revista ARTINE




Sydney Schiff, escritor inglés, traductor de "La búsqueda", le escribe a Proust, el 21 de junio de 1922:”¿Se dejaría dibujar por Picasso si le pido que lo haga para mí? Solamente un dibujo, que no le llevaría más de una hora. Tengo que escribirle a Picasso y me gustaría hablarle de esto por lo que necesito que me responda.”

Proust, que conocía a Picasso,que le había sido presentado por Cocteau, asistió a la representación , en el Chatelet, pocos días después de su estreno, el 18 de mayo de l917, del ballet "Parade", cuyo argumento, que presenta al elenco de un circo desfilando frente a la carpa a la que el público no entra, había sido escrito por Cocteau. La música era de Satie (la orquesta comprendía máquinas de escribir, pìstolas y sirenas de barco) y la coreografía de Masssine. La obra, abucheada el día de su estreno, debió retirarse a fin de mes. Curiosamente uno de los insultos fue llamar "alemanes" a los autores.

Picasso, Parade

Proust admiró el telón y los decorados cubistas de Picasso y evocó "el spleen que le provocaba inevitablemente el azul dominical con anillos blancos del acróbata incomprendido" exclamando :"¡Qué pena que cuando podía hacerlo no frecuenté la polvareda de los circos!".

En 1918 Proust había visitado,a instancias de Louis Gautier-Vignal, el departamento de la millonaria chilena Eugenia Errásuriz, una de las primeras en modificar la decoración de los departamentos,mezclando lo antiguo con lo más moderno que erauna de las protectoras de Picasso,a quien conoció en Biarritz.Allí fué testigo de la apertura de un paquete, procedente de Roma, que contenía varios cuadros cubistas azules y blancos. El episodio pasó, con alguna malevolencia, a la "Búsqueda": "Estas señoras, tocadas por el arte, como si se tratara de la Divina Providencia, vivían en pisos atestados de cuadros cubistas; un pintor cubista trabajaba solo para ellas y ellas vivían sólo para él."

En mayo de l918, Jacques-Emile Blanche,autor del más conocido de los retratos de Proust, que éste tenía en su dormitorio, le pide un prólogo para su libro "De David a Degas". Escrito después de largas negociaciones sobre los pintores que debían ser citados, Proust se refiere en ese prólogo "al gran Picasso, admirable pintor que ha sabido concentrar todos los rasgos de Cocteau en un retrato de tan noble rigidez que, cuando lo contemplo, me parece que incluso los más maravillosos Carpaccios de Venecia quedan relegados a un segundo término en mi recuerdo."

Con tales antecedentes ,podía apostarse que el retrato de Picasso se concretaría. Pero la carta de Schiff mencionada al principio provocó el enojo de Proust, que creyó advertir, entre líneas una crítica a su modo de vivir y le contestó airadamente. Esta carta se cruzó con otra de Schiff en la que se manifestaba su sincero admirador y amigo,en tales términos, que Proust se apresuró a escribirle nuevamente.El intercambio continuó hasta la última carta del escritor inglés, del l4 de noviembre de l922,que Proust no pudo leer. Murió el l8 de ese mes.

En ninguna de esas cartas se menciona el proyectado retrato de Picasso, que quizas ambos corresponsales temían fuera considerado un alarde de snobismo o de vanidad.

Podemos preguntarnos cómo hubiera sido el retrato de Proust si Picasso lo hubiera realizado.En esa época Picasso resultaba desconcertante. Había abolido las leyes convencionales de la obra de arte y ahora volvía a la figuración realista y hasta estatuaria. Los decorados de "Parade" fueron un anticipo, en su heterogeneidad, de esa actitud. Entre 1916 y 1924 se dedicó especialmente a los retratos, pintados o dibujados directamente a partir de una fotografía :el inconcluso "Retrato de Olga en un sillón"(1917), el de su hijo Paul, a los dos años (1923), los de Diaghilev y Renoir .
Picasso Olga

Hubiera usado quizás la última foto de Proust, tomada a la mañana, entre el 18 y el 24 de mayo de de1921,a la salida de la exposición de Vermeer,en el Jeu de Pomme,en la que aparece enhiesto como un maniquí con el baston y el sombrero, en cuyo interior se ven sus iniciales,sostenidos con su mano derecha. Una nueva oportunidad de ver la "Vista de Delft", que ya había visto en La Haya y consideraba" el cuadro más bello del mundo" según le escribe poco después a J.L.Vaudoyer.



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